Elías Rubinstein, coordinador país del Banco de Desarrollo (Fonplata), destacó la importancia estratégica del Corredor Bioceánico para América Latina, subrayando su potencial para transformar más de la mitad del territorio paraguayo. Sin embargo, el desafío para Paraguay va mucho más allá de la infraestructura vial, según explicó.

El proyecto, que conecta Mariscal Estigarribia con Pozo Hondo y cuya construcción fue adjudicada en diciembre de 2022 a cuatro consorcios por un valor superior a G. 2,2 billones (unos 295 millones de dólares), ya avanza en los cuatro lotes asignados. Las obras comenzaron oficialmente en agosto, tras la aprobación de los diseños correspondientes.

Durante una inspección al Lote 2 del tercer tramo, Rubinstein elogió el progreso y la coordinación entre la contratista, los fiscalizadores, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y Fonplata. "El proyecto sigue el camino adecuado", afirmó, destacando que "el Lote 2 ya muestra un considerable avance en algunos sectores".

Rubinstein también resaltó el valor del Corredor como un proyecto de integración que trascenderá las fronteras de Paraguay, conectando los océanos Atlántico y Pacífico, así como comunidades con diferentes niveles de desarrollo en toda la región.

Mirada a Largo Plazo
Rubinstein subrayó el impacto social que traerá esta infraestructura, creando nuevas oportunidades para comunidades aisladas que actualmente carecen de acceso a servicios básicos. "La proyección a futuro de este proyecto cambiará radicalmente la dinámica del país", aseguró.

El verdadero reto para Paraguay, enfatizó Rubinstein, no solo radica en la construcción, sino en la gestión sostenible del territorio y la preservación del ecosistema del Chaco para las próximas generaciones.